Una de las mayores quejas entre miembros de equipos de trabajo es la falta de reconocimiento. Sienten que solo se les reclama errores pero nunca se les reconoce lo que hacen bien, ni se les agradece. Básicamente no se sienten valorados.
La falta de reconocimiento provoca resentimientos que a la larga se manifiestan en la disminución del compromiso y entusiasmo con el trabajo, la queja constante y la resignación, o sea la idea de que nada va a cambiar haga lo que se haga. Las personas resentidas y resignadas no buscan salir de la situación y se quedan en la postura de víctima. Estos sentires suelen mantenerse en silencio, haciéndose más difícil desmantelarlos.
¿Qué podemos hacer para generar reconocimiento?
El reconocimiento se puede realizar de diferentes maneras:
Agradecer a las personas por su trabajo en forma explícita. No es necesario que las personas hagan algo extraordinario para merecer un agradecimiento. El agradecimiento no tiene que ser interpretado como un premio. Agradecer es declarar reconocimiento, es dar visibilidad, es demostrar que se valora eso que se ha hecho. A donde no hay agradecimiento no hay valor, hay indiferencia y rechazo.
- Reconocer los logros que se obtuvieron. Cada vez que se alcanza una meta o un objetivo es necesario detenerse un instante y tomar conciencia de ello. En la vorágine laboral suele pasar que si se llega a un objetivo inmediatamente se sigue con el siguiente. Tomarse tiempo para reconocer lo que se ha logrado, y felicitar a las personas en particular y al equipo en general, es saludable. No es necesario que este reconocimiento sea expresado en un gran festejo, alcanza con que sea tenido en cuenta, que sea nombrado con la palabra.
- Premiar el esfuerzo y la dedicación, incluso por arriba de los resultados. Mirar el proceso más allá de los resultados. No caer en el exitismo. Esto no significa que alcanzar objetivos no sea importante. Significa que se valora el esfuerzo, la entrega, la cooperación, el compromiso, el esmero, más allá de lo que pudo resultar. Y esto realmente marca la diferencia en el reconocimiento.
- Dar feedback. Las personas necesitan tener una devolución de su trabajo, saber que piensan sus jefes, y también sus compañeros y colaboradores, acerca de su desempeño, que pueden corregir, mejorar o seguir haciendo igual. No recibir feedback genera la sensación de sentir que el trabajo que se hace es transparente, o sea no reconocido.
- Escuchar las opiniones de las personas, permitir que se expresen libremente. Escuchar a las personas es una de las acciones más importantes para hacerlas sentir reconocidas. Escuchar no es oír, es mucho más que eso. Para escuchar es necesario tomarse un tiempo, sentarse con la persona y permitirse un espacio para desconectarse de la rutina y conectarse con el otro. Sin importar si el espacio es virtual o es físico, vale igual.
- Dar lugar a que las personas puedan presentar sus proyectos y puedan llevarlos a cabo. Siempre se escucha hablar en las organizaciones acerca de la pro-actividad, y cuando las personas presentan sus ideas simplemente se las deja de lado para otro momento que nunca llega. El permitir que las personas lleven adelante sus propias ideas genera reconocimiento inmediato, motivación y protagonismo, dejando atrás las sensaciones de frustración, victimismo e impotencia.
- Pedir perdón o disculpas cuando nos equivocamos. Cuando pedimos perdón no solo estamos reconociendo que nos equivocamos, sino que estamos reconociendo las emociones del otro, nos estamos haciendo cargo de lo que le hemos hecho sentir.
Y si somos nosotros quienes no nos sentimos reconocidos nos tendremos que preguntar que estamos haciendo para reconocer a los demás. Si queremos ser reconocidos primero tenemos que dar reconocimiento. El otro es un espejo de nosotros mismos.
Andrea es Coach Ontológica, siendo su profesión de base Contadora y Lic. en Administración, recibida en la Facultad de Ciencias Económicas (U.B.A.). Su desarrollo laboral se produjo en el mundo Pyme. Teniendo mas de 15 años de experiencia en empresas nacionales