El maximalismo es una identidad y un credo. Es todo un paquete. En un principio, el cripto-maximalismo es la idea de que Bitcoin está por encima de todo. En otras palabras, Bitcoin es el único protocolo permisible. Esto, por supuesto, convierte a todos los demás proyectos en no-permisibles. Pero el maximalismo va mucho más allá. Se trata de un grupo de personas con actitudes, ideas y posturas muy similares. Es la “idealización” de un código. Hablamos de un movimiento social minoritario dentro del ecosistema cripto. Analicemos este fenómeno. Para efectos de este artículo, hablaremos del maximalista estereotípico. Obvio que no todos los maximalistas son iguales. Y es perfectamente posible compartir algunas características con un maximalista sin ser un maximalista como tal. Aquí nos enfocaremos en el extremista radical. Me refiero a esa persona que no quieres junto a ti en un avión. Exacto. Hablo del sujeto que es un fanático religioso de Bitcoin. La luz sale de sus ojos. Politizado hasta la médula. Siempre con la razón. E inflexible en todas sus posturas. Es blanco o negro. Las cosas son sí o sí. Es el guardián de Bitcoin. Habla en nombre de todos. Es una sangre pura de la mejor calidad. Únicamente, él entiende Bitcoin. Y, únicamente, él lo usa como se debe usar.
*Artículo extraído del libro: “Criptosia 20.22: La fantasía de vivir en un mundo con libertad financiera”
Soy contadora pública especializada en finanzas y criptomonedas. Además escribo en mi propia fanpage llamada @soylachicamaterial y también en www.politicos.com.ar y El Despertador económico. Además soy columnista de economía y política de radio en “Tirando Paredes”.