La autoestima es la opinión que tenemos de nosotros mismos acerca de las capacidades que tenemos para afrontar el mundo, y nuestro nivel de merecimiento. Se va a construyendo a lo largo de nuestra vida, en especial en nuestra niñez y adolescencia, y se sigue construyendo a lo largo de nuestro vida adulta.
El nivel de autoestima incide en los resultados que obtenemos en nuestro trabajo así como en la relación con los demás. Una persona con alta autoestima, tiene la suficiente confianza en sí misma como para afrontar los desafíos de cualquier trabajo, tiene más tolerancia al estrés, presenta mejores habilidades comunicacionales y de gestión emocional, se encuentra más motivada para las tareas diarias, y no se toma nada como personal. En cambio, una persona con baja autoestima presenta un bajo rendimiento laboral, siendo conflictiva en el trato con los demás, a veces actuando con resentimiento, resignación, envidia y hasta con miedo.
Las bondades de la autoestima en la vida laboral están a la vista. Ahora bien, ¿cómo puede un líder de equipo contribuir al aumento de la misma?. Las respuestas son varias:
- No castigando los errores y mostrándolos como posibilidades de aprendizaje.
- Escuchando las ideas de todos sin juzgar y permitiendo que todos se expresen libremente.
- No permitiendo las burlas ni bromas a nadie por ninguna circunstancia.
- Capacitando a todos los miembros del equipo en los temas que necesiten para mejorar sus habilidades técnicas, comunicacionales y de gestión emocional.
- Motivándolos.
- Dándoles Coaching para mejorar su actitud y desempeño.
- Definiendo objetivos claros, medibles y alcanzables por todos.
- Compartiendo la visión y la estrategia organizacional.
- Mostrando la importancia de cada uno en el equipo de trabajo y del área en toda la organización, para que todos visualicen en que parte del proceso organizacional se encuentran.
- Dando reconocimiento al trabajo de cada uno y todo el equipo.
- Pidiendo perdón cuando se equivoca.
- Perdonando las faltas de los demás.
- Felicitando en público y si es necesario reprender a puertas cerradas.
- Manteniendo la firmeza cuando sea necesario, pero sin perder los cabales.
- Haciendo respetar las normas de la organización.
- Mostrándose compasivo con los miembros del equipo.
- Dando feedback
- No tener favoritismos por nadie.
- Ser el primero en cumplir con todas las normas.
- No exigir más de los que se exigen a sí mismos.
- Contribuir a la responsabilidad y no al victimismo.
Andrea es Coach Ontológica, siendo su profesión de base Contadora y Lic. en Administración, recibida en la Facultad de Ciencias Económicas (U.B.A.). Su desarrollo laboral se produjo en el mundo Pyme. Teniendo mas de 15 años de experiencia en empresas nacionales