La comunicación y la palabra.
La palabra conjunto de sonidos con un sentido cabal y susceptible de desempeñar una función gramatical; no obstante, esos sonidos no son fijos, ya que se pueden cambiar, no solo en las terminaciones (puedo, pueden), sino también con modificaciones del tema (podemos, pude) que se explican etimológicamente y que no dejan de pertenecer a la misma palabra (poder).
Dentro de las lenguas, la palabra ha sido siempre considerada el mayor ‘contenedor’ de significado. No hay mejor manera de conocer una lengua y una cultura que a través de sus palabras.
La palabra es la expresión de los recursos que las diversas culturas usan para llamar a las cosas. Esta nominación no es arbitraria, pues esconde la historia, el recorrido, la manera de ver el mundo de una sociedad. De ahí que las palabras sean fundamentales para entender la realidad.
Las palabras que usamos dan cuenta también de cómo somos, de nuestra manera particular e individual de ver el mundo. Son testimonio de nuestra historia personal y de cómo esa historia se ha ido articulando a lo largo de generaciones con otras historias y otras realidades. Las palabras dan también cuenta del ADN de nuestras culturas.
Vemos cómo la palabra es tan importante como expresión de lo que somos. Por lo general, los hablantes no reflexionamos acerca de la historia de nuestras palabras, no nos detenemos a pensar cuál es el recorrido ni cuáles son los significados de lo que decimos. Sin embargo, de vez en cuando sí es necesario pensar sobre lo que decimos.
A la palabra la hemos usado, deteriorado y hasta despreciado. La palabra perdió su sentido, es responsabilidad de todos que la recuperemos
La palabra devaluada nos atraviesa a todos y en alguna medida somos participes; en esta pandemia extraordinaria y su respectiva cuarentena que nos a tocado, hemos puesto en evidencia mucho lo que somos como sociedad e individuos que la integran. En muchos pequeños detalles y en otros que por lo grande nos exceden pero no nos eximen.
Frenar como frenamos en marzo del 2020 nos permitió revisar, recordar o intentar retomar muchas ideas. Algunas abran podido quedar plasmadas y otras siguen siendo proyectos.
La palabra devaluada que nos atraviesa a todos en todos los ordenes y sentido: un dirigente, un político, un medico, un maestro, cualquier tipo de profesional o persona que ejerce un oficio. Claramente unas tienen mas peso especifico y son mas significativas que otras, pero todas son igual de importantes porque todas hacen al ser social y sus circunstancias.
Es importante a modo de ejemplo detenernos en dos o tres casos concretos de cuestionas básicas:
- La salud en esta pandemia quedo claro su deterioro de décadas en su infraestructura sanitaria, insumos y hasta en algunas regiones los RR.HH. insuficientes, esto fue reconocido por todos como algo que se sabía, pero no se hacía nada en ningún orden para resolverlo. Mientras hay presupuesto para construir estadios o circuitos de motos no tenemos hospitales.
- La Justicia que no es Justicia se transforma en injusticia ya sea por lenta o por llegar tarde.
- La educación que ha sido cuestionada por sus atrasos en el modelo y su incapacidad de adaptarse a los nuevos tiempos tecnológicos quedo más que clara su importancia como espacio de contención, vinculación, comunión y desarrollo para los niños y los jóvenes. Es fundamental dimensionar su importancia y revalorizar en todos los sentidos su rol.
La palabra devaluada corre en paralelo o a la par con la devolución de la moneda. Esto no es de ahora, es de hace décadas lenta y progresivamente.
Podríamos decir que estamos «donde mueren las palabras». La palabra sin acción es el vacío y la palabra sin la acción por fuera de la comunidad y el espíritu, es la muerte (como dicen los indígenas del Cauca). Es necesario que el pueblo haga una lectura de la situación del país y del doble discurso de los dirigentes”
Pérez Esquivel 2009
Técnico superior en Comunicación Social, comenzó su carrera profesional en la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica y luego como ejecutivo de cuentas en Medifé hace más de 20 años, a partir de ahí continuó su desarrollo hasta convertirse en Gerente regional en la filial Mar del Plata, confeccionando la estructura regional de la provincia de Buenos Aires, liderando los equipos de ventas y generando la red prestacional.
Fue Gerente Corporativo de Marketing en Grupo ASE, Medifé y Sanatorio Finochietto, rol que le permitió implementar políticas de marca, planes de comunicación, negociar acuerdos comerciales y el armado y ejecución de presupuestos para los años 2015 y 2016 logrando la evaluación de los desvíos y ejecución de los mismos.
Desde el año 2017 se desempeña como Director General de Sinergia Comunicación, empresa enfocada en consultoría comercial y comunicación integral.
