Qué pasa si el experimento Bitcoin de El Salvador tiene éxito? ¿Es eso lo que realmente teme el FMI?

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El 25 de enero, los directores del Fondo Monetario Internacional (FMI) pidieron a El Salvador que ” reduzca el alcance ” de su Ley de Bitcoin al “eliminar el estado de moneda de curso legal de Bitcoin”. Adoptar una criptomoneda como lo ha hecho el país centroamericano “implica grandes riesgos para la integridad financiera y del mercado, la estabilidad financiera y la protección del consumidor”, escribió el fondo. ¿Por qué el FMI le pidió a El Salvador que desconectara efectivamente su experimento de criptomonedas? Sin duda, este pequeño país, que ocupa el puesto 104 a nivel mundial en producto interno bruto (PIB), no representa una amenaza para el balance del banco internacional. Además, el 70% de la población de El Salvador no está bancarizada y una quinta parte de su PIB proviene de las remesas de los Estados Unidos. Podría decirse que podría beneficiarse del uso de Bitcoin ( BTC ).
Por otra parte, solo ha pasado medio año desde que El Salvador declaró la moneda de curso legal de Bitcoin, la primera nación del mundo en hacerlo. ¿Es ese tiempo suficiente para sacar conclusiones útiles?
Uno de los objetivos del FMI es garantizar la estabilidad del tipo de cambio.  Bitcoin y las criptomonedas en general han exhibido una volatilidad extrema, evidente en la reciente reducción del 50 % de los precios de mercado récord de noviembre. Esto claramente da un mandato para que el FMI sea, en el mejor de los casos, cauteloso con las alternativas monetarias volátiles como Bitcoin. Pero esa puede no ser toda la historia. El impacto material de una nación así girando hacia Bitcoin como lo han hecho no es en sí mismo un gran problema. Sin embargo, lo importante es la señal que esto envía a otras naciones en caso de que El Salvador lo consiga.
Después de todo, más de 65 países actualmente vinculan sus monedas al dólar estadounidense. Esto, junto con la dolarización del petróleo y la fortaleza de la economía estadounidense, ha asegurado la primacía del dólar. Bitcoin y, por extensión, El Salvador aún no son una amenaza directa a esto. Pero la palabra clave allí es ‘todavía’. Como consecuencia, Bitcoin y El Salvador pueden volver la cabeza a otras naciones.
A otros no les sorprendió que el FMI le pidiera al país que desechara su experimento de moneda de curso legal. 
Como prestamista mundial de último recurso para las naciones soberanas, el FMI busca tener menos, no más, prestatarios.

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