La motivación puede definirse como la acción y efecto de motivar. Es el motivo o la razón que provoca la realización o la omisión de una acción. La automotivación es una de las cinco habilidades prácticas de la inteligencia emocional (autoconciencia, autorregulación, automotivación, empatía y habilidades sociales). Es la capacidad para enviar energía (recursos) en una dirección específica con un propósito específico.
En otras palabras, motivar es moverse en función de una visión o logro de un objetivo. Motivar un equipo de trabajo es orientar su trabajo hacia el logro de un resultado, o hacia el arribo de una visión determinada.
La motivación, propia o de un equipo, se consigue en primer lugar teniendo un motivo (una visión, un objetivo o una meta); teniendo confianza; siendo optimista; teniendo entusiasmo; siendo perseverante; teniendo resistencia. El ciclo finaliza y vuelve a empezar en el logro.
Detrás de la confianza y del optimismo hay un sistema de creencias, de juicios, de opiniones sobre mí mismo y sobre el mundo que nos abre oportunidades. La confianza es lo contrario a la incertidumbre. Nos otorga la sensación de estar más seguros, protegidos, con menos miedo. La confianza nos impulsa a innovar, emprender, inventar. Es el gran motor de la acción humana.
El optimismo puede ser visto como la creencia de que todo va a salir bien. Una persona con visión positiva juzga todo por su lado positivo. Un pensamiento positivo genera la idea de que es posible alcanzar los objetivos propuestos, es por ello que genera motivación, y provoca el movimiento hacia el logro de los objetivos.
Si no tenemos confianza ni somos optimistas, deberemos preguntarnos en que nos basamos para pensar así, cuáles son nuestros juicios sobre nosotros mismos.
La perseverancia es la firmeza y constancia en la manera de pensar y actuar. Una persona perseverante se distingue, entre otras cosas, en que cumple con sus promesas. La resistencia es la capacidad de no doblegarse frente a la adversidad. Tanto la perseverancia como la resistencia son necesarias para mantenernos motivados en el camino que nos lleva al logro de nuestros objetivos.
La emoción del entusiasmo nos permite hacer foco y caminar con alegría hacia donde queremos llegar. Nos hace ver todas las posibilidades que tenemos y nos ayuda a tomar riesgos. El entusiasmo contagia, por eso es importante que todo líder este entusiasmado para que su equipo de trabajo también lo esté.
Por último, para sentirse realmente motivados por lo que hacemos es necesario un ingrediente secreto: el Amor. Sin amor llega un momento que nada tiene sentido y la motivación se desvanece.
La motivación puede definirse como la acción y efecto de motivar. Es el motivo o la razón que provoca la realización o la omisión de una acción. La automotivación es una de las cinco habilidades prácticas de la inteligencia emocional (autoconciencia, autorregulación, automotivación, empatía y habilidades sociales). Es la capacidad para enviar energía (recursos) en una dirección específica con un propósito específico.
En otras palabras, motivar es moverse en función de una visión o logro de un objetivo. Motivar un equipo de trabajo es orientar su trabajo hacia el logro de un resultado, o hacia el arribo de una visión determinada.
La motivación, propia o de un equipo, se consigue en primer lugar teniendo un motivo (una visión, un objetivo o una meta); teniendo confianza; siendo optimista; teniendo entusiasmo; siendo perseverante; teniendo resistencia. El ciclo finaliza y vuelve a empezar en el logro.
Detrás de la confianza y del optimismo hay un sistema de creencias, de juicios, de opiniones sobre mí mismo y sobre el mundo que nos abre oportunidades. La confianza es lo contrario a la incertidumbre. Nos otorga la sensación de estar más seguros, protegidos, con menos miedo. La confianza nos impulsa a innovar, emprender, inventar. Es el gran motor de la acción humana.
El optimismo puede ser visto como la creencia de que todo va a salir bien. Una persona con visión positiva juzga todo por su lado positivo. Un pensamiento positivo genera la idea de que es posible alcanzar los objetivos propuestos, es por ello que genera motivación, y provoca el movimiento hacia el logro de los objetivos.
Si no tenemos confianza ni somos optimistas, deberemos preguntarnos en que nos basamos para pensar así, cuáles son nuestros juicios sobre nosotros mismos.
La perseverancia es la firmeza y constancia en la manera de pensar y actuar. Una persona perseverante se distingue, entre otras cosas, en que cumple con sus promesas. La resistencia es la capacidad de no doblegarse frente a la adversidad. Tanto la perseverancia como la resistencia son necesarias para mantenernos motivados en el camino que nos lleva al logro de nuestros objetivos.
La emoción del entusiasmo nos permite hacer foco y caminar con alegría hacia donde queremos llegar. Nos hace ver todas las posibilidades que tenemos y nos ayuda a tomar riesgos. El entusiasmo contagia, por eso es importante que todo líder este entusiasmado para que su equipo de trabajo también lo esté.
Por último, para sentirse realmente motivados por lo que hacemos es necesario un ingrediente secreto: el Amor. Sin amor llega un momento que nada tiene sentido y la motivación se desvanece.
Andrea es Coach Ontológica, siendo su profesión de base Contadora y Lic. en Administración, recibida en la Facultad de Ciencias Económicas (U.B.A.). Su desarrollo laboral se produjo en el mundo Pyme. Teniendo mas de 15 años de experiencia en empresas nacionales