En épocas de incertidumbre el ambiente en el que gestionamos una organización, proyecto o emprendimiento, toma ribetes imprevistos y dinámicos. Ante estas situaciones existe la inclinación a buscar seguridad. La misma se suele lograr a través de mecanismos de control. Estos, a su vez, tienen como objetivo perpetuar el statu quo, mantener estable el sistema preexistente, evitando todo tipo de cambios, considerados peligrosos para la supervivencia de la organización. Este cuadro se complementa con la centralización de la autoridad, provocando la rigidez operativa de la organización y la lentitud en la toma de decisiones.
Ahora bien, en ambientes donde reinan la incertidumbre y el dinamismo, se necesita flexibilidad operativa, rapidez en la toma de decisiones y en la respuesta a los mercados, como así también realizar cambios y transformaciones adaptativas. Todo lo opuesto al resultado esperado de todo sistema de control. Se necesita otro paradigma, y este es de la confianza organizacional.
Las diferencias entre la confianza y la seguridad podemos resumirlas en las siguientes líneas. La confianza surge desde dentro del sistema, pudiéndose definir como la certeza en las capacidades internas para poder enfrentar y superar los desafíos que aparezcan cuando sucedan. La seguridad, en cambio, se busca como algo externo a las capacidades del sistema organizacional. La seguridad puede ser definida como la ausencia de peligro. La confianza no niega la presencia de peligros, ni la incertidumbre sobre su ocurrencia, sino que hace referencia a la certeza, a la fe en las capacidades intrínsecas para hacerles frente.
Así como los mecanismos de control hacen al paradigma de la seguridad, el modelo de aprendizaje colectivo hace al paradigma de confianza organizacional. El aprendizaje permite como vehículo transportar la organización desde su presente hacia el futuro deseado, permitiendo realizar las transformaciones necesarias en distintos niveles o dimensiones organizacionales. El aprendizaje no consiste solamente en incorporar nuevos conocimientos, nuevos procesos o tecnología, sino que, sobre todo, se relaciona con un cambio de mirada de 360º. Este cambio de mirada no es otra cosa que una transformación cultural que permite producir las bases sobre las que el sistema produce los cambios que necesita para sobrevivir en ambientes inciertos y de cambio constante.
Andrea es Coach Ontológica, siendo su profesión de base Contadora y Lic. en Administración, recibida en la Facultad de Ciencias Económicas (U.B.A.). Su desarrollo laboral se produjo en el mundo Pyme. Teniendo mas de 15 años de experiencia en empresas nacionales